La biomasa es un tipo de energía renovable procedente del aprovechamiento de la materia orgánica e inorgánica formada en algún proceso biológico o mecánico, generalmente, de las sustancias que constituyen los seres vivos, o sus restos y residuos.
Podemos clasificar la biomasa a partir del material empleado como fuente de energía, en:
Es la biomasa que abarca los bosques, árboles, matorrales, plantas de cultivo, etc. Por ejemplo, en las explotaciones forestales se producen una serie de residuos o subproductos, con un alto poder energético, que no sirven para la fabricación de muebles ni papel, como son las hojas y ramas pequeñas, y que se pueden aprovechar como fuente energética.
Los residuos de la madera se pueden aprovechar para producir energía. De la misma manera, se pueden utilizar como combustible los restos de las industrias de transformación de la madera, como los aserraderos, carpinterías o fábricas de mueble y otros materiales más. Los “cultivos energéticos” son otra forma de biomasa consistente en cultivos o plantaciones que se hacen con fines exclusivamente energéticos, es decir, para aprovechar su contenido e energía.
Con el triturado y compresión de estos residuos se crean diferentes tipos de biomasa, como por ejemplo los pellets o las briquetas.
La biomasa residual es el subproducto o residuo generado en las actividades agrícolas como podas o aclareos (ej. sarmientos, leña), y en las actividades silvícolas y ganaderas, así como residuos de la industria agroalimentaria (ej. cascara de almendra, hueso de aceituna) y en la industria de transformación de la madera (ej. serrín)
La biomasa se puede utilizar en todos los ámbitos, ya que podemos encontrar desde instalaciones de pequeño tamaño para uso doméstico (ej. chimeneas u hogares de leña), de tamaño mediano (ej. calefacciones para granjas), o de gran tamaño (ej. centrales térmicas para obtener electricidad, o suministrar calefacción a un distrito o ciudad).
Pero no toda la biomasa es igual, por lo que para evaluar la biomasa se tienen que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Humedad: afecta tanto a la cantidad (precio) y calidad de la materia prima, como al proceso, por lo que interesa que sea la menor posible.
- Tamaño y forma: la biomasa presenta una gran diversidad de formas y tamaños (desde los pellets a las briquetas).
- Densidad real y aparente: que varía considerablemente dependiendo de la tipologia y presentación de la biomasa.
- Composición química: Hay que efectuar una análisis elemental para comprobar que no contiene elementos químicos.
- Poder calorífico: (Kj/Kg base seca): la cantidad de calor liberado en la combustión de 1 kg. de biomasa.
- Contenido en cenizas: Interesa para la mayor parte de los usos de combustión que sea inferior al 1%
- Temperatura de fusión de cenizas: Interesa que sea elevado.
La biomasa pretende ser un sector clave a la hora de alcanzar objetivos en materia de energías renovables y sostenibilidad. Al igual que otras energías renovables, permite disminuir la dependencia energética externa, así como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, favorece el mantenimiento y diversificación del sector forestal, contribuyendo así al desarrollo de empleo especialmente en el ámbito rural.